Un Haiku es una breve composición poética procedente de Japón. Su métrica es precisa y sencilla, tres versos de cinco, siete y cinco sílabas que, además, no tienen que rimar. Como creo que es relativamente fácil jugar con estas pautas para escribir un micropoema, decidí proponer a pacientes y amig@s que lo utilizaran para describir algún momento, sensación o imagen que reflejara lo que vivieron durante el confinamiento (hablo del originado por la epidemia del Covid 19) con la única petición de que contuviera belleza…¿por qué? porque la belleza va de la mano de la salud.
Dado que el ser humano es capaz de reflexionar, tenemos la posibilidad de analizar lo que sentimos, hacemos y pensamos para rediseñarlo si es preciso y “archivarlo” de una manera amable. El sistema nervioso es maravillosamente plástico y amplio, pero los caminos que lo nutren requieren orden y establecen prioridades. Así se demostró en 1965 con la teoría de compuerta (Gate control theory) de los científicos Melzack y Wall: antes de llegar a regiones supraespinales, es decir, antes de llegar al encéfalo, y ante una hiperactividad de distintas informaciones sensoriales, el sistema nervioso tiene la necesidad de cerrarle la entrada a algunas de ellas para facilitar el paso de las seleccionadas. No todo lo que sentimos puede llegar a ser consciente de manera indiscriminada e intensa. Es por ello que una caricia, o la compresión aminoran la percepción del dolor.
Al mismo tiempo existe la posibilidad de ejercer influencia sobre la médula desde niveles superiores y en sentido descendente utilizando el análisis, la observación y la creatividad. Fomentar la belleza siendo partícipe de ella arrastra a determinados factores neuroendocrinos asociados al bienestar que cerrarían la compuerta a señales perjudiciales.
Elige con qué te quedas.
Aquí van algunos Haikus que habéis escrito :
Con las tormentas
El viento trae el olor
A las cebollas
(Eli)
Atrevimiento
De mirada urbana
Respira verde
(Pili)
Aire puro
El tiempo detenido
Pompa mágica
(Ana G.)
Olor de viaje
regalan los cerezos
flor silenciosa
(Rosa)
Brotaron flores
Dentro de aquel muro
Riego las piedras
(Chus)
Cayeron piedras
Dentro de aquel muro
Protejo la flor
(Elena)
Disfrutándome
Tiempo real eres tú
Sintiendo vida.
(Gerardo)
Claro de luna
Lágrimas de plata.
Selva estival
(Jaime)
Hubo primavera
Despertaron árboles
Frondoso hogar
(Anónimo)
Y en la terraza
San Isidro sonaba
Viva alegría
(Helena)
Grita al silencio
El corazón que duerme
Rojo e inquieto
(Anónimo)
Sola paseo
Con mi perrita Pati
Es lo que quiero
(Luci)
Abre sus alas
Ensaya en el nido
Caja de trinos
En el silencio
Reían las flores
Festín de polen
(ambos de María)
Despierta, nubes.
Otra vez es mañana
Sigue sintiendo
(Celia)
Tiempo parado
Un reseteo verde
Mi ensoñación
(Itxaso)
Vive, vive ya
¿Qué sigues esperando?
Mañana, se fue
(Diana)
Respirar dentro
Abrazar la espera
Todo se mueve
(Amaya)
Sí, roca, tiempo
El mar ruge rojizo
Arena calma
(Auxi)
Ciudad silencio
Oigo lluvia caer
Tiempo renacer
(Cris)
Respiro limpio
No puedo salir fuera
Paradójico
(Ana S.)
Madera noble
Recordaron mis dedos
Risas y lirios
(Ana R.)
Podóloga, fisioterapeuta, profesora del método Feldenkrais e investigadora científica, pionera en el ámbito de la diabetes y el ejercicio terapéutico.
Experta en la realización del estudio biomecánico de la pisada orientado a crear plantillas donde el gesto técnico y la calidad del movimiento son parámetros esenciales.